Una recesión, a veces llamada una contracción, es un período de enfriamiento económico y muchas veces caracterizado por tasas de desempleo muy altas, caídas en el valor de las acciones, bajas a las ganancias de las compañías, y ansiedad en el consumidor. En realidad, es una parte normal del ciclo de negocios en una economía de mercado, la cual se mueve en forma regular a través de auges y declives, expansiones y contracciones, recuperación y recesión.
Frecuentemente los economistas y los medios de comunicación definen una recesión cuando la economía pasa por dos trimestres consecutivos con crecimiento negativo del producto interno bruto (GDP). Pero oficialmente le pertenece a la Oficina Nacional de Investigación Económica (NBER por sus siglas en inglés) anunciar una recesión y la NBER no sigue tal regla. El NBER toma en consideración muchos otros indicadores económicos aparte del GDP; consideran también el desempleo, la confianza en el consumidor, niveles reales de ingresos, ventas y datos de producción industrial. De acuerdo a su sitio web, lo que busca el NBER para declarar una recesión es “una disminución significativa en la actividad económica, esparcida por todos los ámbitos de la economía, y que dura más de solo un par de meses…”
Muchas veces una recesión es causada por inflación después de un período de expansión, la parte del auge de un ciclo de negocios. Cuando las cosas van bien y la economía está creciendo, por lo general la demanda de bienes y servicios es mayor que la cantidad de bienes y servicios que se producen. Con tiempo, esto conlleva a precios más altos a lo largo de la economía; eventualmente se llega a un punto en donde los consumidores deciden que no van a pagar esos precios. Entonces de repente hay más oferta que demanda, y las compañías comienzan a tener problemas para reducir la producción y sus inventarios; hay despidos, se recortan los precios, y caen las ganancias y el valor de las acciones. Los consumidores se tornan temerosos, dejan de comprar cosas y esconden su dinero bajo el colchón – se genera una espiral en el ciclo pues todos éstos recortes reducen la demanda en bienes y servicios en la mayoría de los sectores de la economía.
La recesión también puede ser causada por un número de otros eventos que afectan de forma negativa la confianza del consumidor; a fin de cuentas si la demanda por bienes y servicios disminuye significativamente por varios meses al hilo, es muy probable que la economía en general entre en un período de recesión. Y si la situación persiste durante más de tres años, o si el GDP real baja más de diez porciento, entonces el período puede categorizarse como una depresión.
Aunque las recesiones son temporales, son también difíciles de eliminar para entrar en otro período de expansión y crecimiento económico.
El gobierno federal puede estimular la economía directamente por medio de recortes en los impuestos y cheques para seguros contra el desempleo; puede inclusive crear empleos contratando a nuevos empleados del gobierno, o financiando grandes proyectos de obras públicas.
La Reserva Federal (el Fed) controla el suministro real de dinero en los Estados Unidos, y usa métodos menos directos para estimular un crecimiento económico. Durante una recesión, los negocios y los consumidores están temerosos de gastar así que el Fed crea incentivos para alentar el consumo a gran escala. Primordialmente, el Fed hace que el dinero sea “barato” para que los bancos ofrezcan préstamos tanto a los consumidores como a los negocios, quienes entonces pueden gastar más en bienes y servicios y por consiguiente aumenta la demanda en general. Una espiral en la demanda es la señal del fin del período recesivo. Hablaremos más de la Reserva Federal la próxima semana.
Este artículo proporciona información general y no debe considerarse como asesoría legal, fiscal o financiera. Lo más conveniente es consultar con un asesor fiscal o financiero para obtener información específica acerca de la manera en que las leyes tributarias aplican para usted y para su situación financiera en particular.